I N I C I O
P O E S Í A S
B I O G R A F Í A
H E R Á L D I C A

Categorias

amistadcarmelitanasinquietudjuvenalialas gemasmagisternagorenavarranavidadpersonalreligiosasselectastranscendentevariosverso librevirgen maría


VARIOS

Poemas

• al paÃs valenciÀ
• alegrÃa
• alegrÃa
• brindis
• el gran abismo
• el monasterio
• elogio del mediterraneo
• entre la nao y palos
• fÃjense
• gibraltar espaÑol
• la plazoleta
• mare nostrum
• mari carmen escalada
• miserere de schuman
• monotonÃa
• otoÑo
• proclamaciÓn de la rosa como reina de las flores
• seguidillas
• sendas olvidadas
• tarde de toros
• taurina
• tres dÉcimas

Núm. 492
Categoria: VARIOS

EL MONASTERIO

(Cuartetos alejandrinos)

Con este poema, escrito a los l5 años, gané el primer premio
en el “Concurso Literario de los Luises†de los Jesuitas de Tudela.
(Marchamos en tren desde Pamplona, en compañía de mi amigo
Zubiaur, también premiado, y dada nuestra corta edad, nos
acompañaba el entonces Director del Centro Mariano de Pamplona, Don Rafael Sola)

Una campana suena. Vamos al monasterio.
En vez de melodías vanas y estrepitosas
oigamos la pausada cadencia del Salterio,
sus voces que resuenan solemnes, majestuosas.

En el rincón sombrío de una celda distante
un monje, arrodillado, reza sus oraciones
y una lámpara débil, que vacila oscilante
alumbra tenuemente sus pálidas facciones.

Es Luis Gonzaga, el noble, que, viendo del pasado
la pompa artificiosa, por el sayal austero
trocó los nobiliarios escudos y el brocado,
su título de Conde, su yelmo de guerrero.

Pudo brillar, no quiso;conquistar los trofeos
rehusó. Su mirada se llenaba de hastío
al contemplar del goce los torpes devaneos,
que fieros le retaban en audaz desafío.

Pero pudo vencerlos su singular destreza
con peregrinas armas: la espada de un profundo
desprecio y por escudo, su fuerza, su entereza,
que renunciando a todo, se retiró del mundo.

Y en la paz solitaria de un lejano convento
oye a la muchedumbre reir su carcajada
insustancial y necia, y es música que el viento
arrastra hacia los muros de su celda callada.

Y llora por nosotros, juventud descreída,
que su misma increencia le lleva al precipicio.
Llora la equivocada ruta desconocida
que el modernismo arrastra por el fango del vicio.

Reservados todos los derechos.
Se autoriza la reproducción total o parcial de las poesías en Internet,
citando siempre la procedencia y con un enlace a esta página.
2006-2024 © José María Zandueta Munárriz.